Wikipedia

Resultados de la búsqueda

jueves, noviembre 17, 2016


UN VIAJE POR LOA RELATOS QUE SURGEN DE LAS SOMBRAS



Kejtzitakua Zapicheri
Para el día 1° de noviembre se ponen ofrendas y altares a los «angelitos», muertos chiquitos que han dejado el mundo de los vivos. Si es su primera ofrenda, el padrino de bautizo lleva un arco el cual será arreglado con flor de cempasúchil o tiringuini-tzitziqui (en purépecha, flor amarilla) y flor de ánima, orquídea propia de esta época; asimismo, lleva dulces de azúcar con figuras de ángel o de animalitos, juguetes e inclusive ropa, como parte de la ofrenda. La preparación de la ofrenda en la que toda la familia interviene es anunciada con cohetes, al igual que durante el recorrido de su casa a la de los papás del ahijado. En el trayecto van cantando alabanzas y rezando, mientras que en el hogar del pequeño difunto los padres han dispuesto el altar donde se colocan las ofrendas y han preparado platillos de la cocina tradicional como pozole, nacatamales, atole, entre otros que se invitarán a los que llegan.


Animecha Kejtzitakua
El día 2 de noviembre la ofrenda está dedicada a los difuntos grandes o adultos. La velación comienza la noche del día 1º con la preparación de las ofrendas que se han de colocar en las tumbas o en los altares familiares y concluye ya entrada la mañana del día 2. Para los muertos recientes, es decir los de primera ofrenda, las honras empiezan con el novenario, que inicia nueve días antes, haciendo coincidir el último día con el de Muertos. Familiares y amigos allí reunidos rezan el rosario y piden por el eterno descanso del alma del difunto. Concluidas las actividades en la casa, salen con las ofrendas hacia el cementerio, donde habrán de permanecer hasta el amanecer, al igual que los demás habitantes de la localidad que ofrendaron a sus deudos. Durante la velación acostumbran intercambiar las ofrendas con las personas cercanas o conocidas, como forma de no regresar las mismas cosas a sus hogares. En los sepulcros se colocan arcos de varas entrelazadas arreglados con flores amarillas de cempasúchil, de los que penden frutas como plátanos, naranjas, limas, jícamas, panes en formas de animales o de rosca cubiertos con gránulos de azúcar pigmentada en color rosa, así como figurillas de azúcar en formas diversas. Las tumbas son cubiertas con servilletas bordadas y sobre ellas ponen cazuelas, jarros y canastas con la comida que fuera del gusto del difunto y las velas que guiarán el camino de los muertos. El altar familiar, que se coloca en los hogares, se compone según la costumbre de cada lugar, instalándose imágenes religiosas, fotografías de los familiares que han dejado este mundo, ropa y objetos personales o de trabajo para evocar su presencia; se encienden velas alrededor de una cruz de pétalos de flor de cempasúchil, las cuales deberán permanecer encendidas ya que éstas le servirán de guía a los muertos. Asimismo se disponen en floreros de barro negro, que es la cerámica utilizada con fines ceremoniales, ramos de flor amarilla y de ánima y pequeños sahumerios del mismo material con oloroso y humeante copal. Los alimentos son variados: frutas y vegetales, pan, atados de maíz, generalmente de color, dulces de azúcar de formas diversas; sin faltar los vasos de agua para las ánimas que llegan sedientas y los recipientes de sal, a la que se atribuyen múltiples significados, para algunos representa el sudor, para otros es ofrenda de tierra; hay quienes la identifican con la sal del bautismo o evocación de que sirve para evitar la corrupción de los cuerpos. Un camino de pétalos de flor de cempasúchil, dispuesto desde la puerta de entrada, hasta el altar conducirá a las ánimas hasta la ofrenda.




No hay comentarios:

Publicar un comentario